lunes, 20 de septiembre de 2010

Crónica de un campeón

Jueves 27 de diciembre de 2001. Un día único y especial. Esa tarde noche fue tan larga como lo fueron esos 35 años de espera. Pero los jugadores, junto a los hinchas, convirtieron ese momento en historia y por eso a tanto sufrimiento, tanta fiesta. La vuelta olímpica y la celebración de ese campeonato, fue tal vez la más extensa que se recuerde de un equipo campeón de Argentina. Duró casi una hora.
Unos 30 mil hinchas en Liniers y otros 35 mil, que no entraban en Vélez, llenaron también el Cilindro de Avellaneda y de esta forma conformaron el coro más grande en dos estadios a la vez. Los jugadores emocionados, con lágrimas de felicidad en los ojos, se abrazaban entre sí y festejaban colgados en el arco. Carlos Arano paseaba por toda la cancha  una copa de cartón, que le había alcanzado un fanático, ante el delirio de los hinchas que, como si estuviesen cantando el himno, cantaban al unísono: “Somos campeones la puta que los parió”.

Tanto jugadores como hinchas terminaron afónicos y esa era recién la primera etapa del festejo. La segunda etapa comenzaría con las declaraciones victoriosas que encabezaría el autor de esta obra: Carlos Reinaldo Merlo. “El fútbol me dio muchas satisfacciones, pero nunca sentí tanta emoción como hoy. Fuimos paso por paso, pero cuando faltaba poco ya me largué a decir que saldríamos campeones. Lo presentía porque sabía con qué grupo estaba trabajando. Fuimos dignos y legítimos campeones, nadie lo puede dudar. Y si el periodismo criticó nuestro juego, yo lo respeto, aunque no comparta muchas cosas”, declaró el técnico que consagró a Racing campeón despueés de 35 años.

Los hinchas, como marca la historia, colmaron el Obelisco y festejaron ahí hasta altas horas de la madrugada. Los jugadores, en cambio, se fueron directo desde el estadio de Vélez al estudio de Telefé, donde los esperaba Marcelo Tinelli para recibirlos en su programa: “El Show de VideoMatch”. Bah, no sólo Tinelli los esperaba… los jugadores tuvieron que ingresar por una puerta lateral del estudio para evitar el tumulto que habían generado los hinchas que aguardaban para saludar al equipo campeón. En vivo y en directo para todo el país, los protagonistas mandaron saludos y agradecieron a todos. Desde los hinchas hasta la gran Tita Matiussi, aquella mujer, aquella madre de cada uno de los chicos que vivieron en la pensión de la Academia y que Javier Lux se encargó de homenajear con un reconocimiento en su remera.

Maximiliano Estévez, el más eufórico, esta vez no le dedicó el título a la esposa de Cardetti pero sí a los de River en general: “Es para Cebollitas, el subcampeón”, y el festejo continuó en el elegante restaurante de San Isidro “La Rosa Negra”. Allí se reunieron hinchas famosos, directivos y jugadores, que disfrutaron de una cena de alto nivel y champagne; obviamente acompañados por música de campeones. Infaltable, el boom del momento en Racing. La adaptación popular del tema de Marcela Morelo: “Vamos la Acadeee, hoy te vinimo’ a ver, todos de la cabeza, vamos la Acadeee, hoy no podés perder, tenés que dar la vuelta, porque Racing es una pasión, porqué porqué se lleva en el corazón”.  Hasta que llegó Mostaza, con su fiel compañero, el Polaco Dualte y el hit popular cambió y en el ambiente retumbó “Que de la mano, del paso a paso, todos la vuelta vamos a dar”.

A Merlo los hinchas le regalaron una estatua con su figura y sus clásicos cuernitos cabuleros, que se exhibe en el hall de la fama de la cancha . Pero Merlo y todo ese Racing, le regalaron a este fanático pueblo racinguista la inmensa alegría de poder gritar “Dale Campeón” después de 35 años de espera.

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